En las siguientes líneas intentaremos identificar los pasos habituales que se siguen en una operación de fusión. Conviene no olvidar que no existen dos procesos iguales y que son las partes involucradas las que van creando un proceso de fusión según sus querencias y voluntades.
En cualquier caso un proceso-tipo debería contar con las etapas siguientes:
Paso I: Acercamiento entre las Partes
En muchas ocasiones son procesos que involucran a empresas que se conocen desde hace tiempo y los rectores de las mismas, por un objetivo premeditado o totalmente fortuito, establecen que se dan las condiciones necesarias para iniciar unas negociaciones profesionales y confidenciales que pudieran concluir con la firma de un acuerdo de fusión entre las partes involucradas.
En ocasiones la incorporación de la segunda o incluso la tercera generación a los Órganos de Decisión del negocio propician este tipo de situaciones que sus progenitores, por motivos culturales, de rivalidad histórica, u otros, nunca se decidieron a iniciar.
Una vez las partes, pudiendo ser éstas más de dos empresas, toman la decisión de iniciar este proceso, lo razonable es que entre las mismas se acuerde designar asesores profesionales habituados a manejar este tipo de operaciones.
Paso II: Mandato entre cliente y asesor
Esta relación entre cliente y asesor se regula a través de un contrato mandato que recogerá las siguientes consideraciones: definición de los servicios a prestar por el asesor, obligaciones del asesor y también del cliente, metodología, equipo de trabajo, honorarios y calendario tentativo.
El mandato compromete al asesor que debe definir los servicios que debe prestar y las obligaciones que asume y compromete al cliente, que también asume ciertas obligaciones para continuar con el proceso de fusión.
Cada una de las partes involucradas escogerá a sus asesores, siendo poco habitual que ambas decidan elegir un único asesor común que dirija y coordine la totalidad del proceso.
Paso III: Negociaciones entre las partes
Las partes involucradas se comprometerán en todo momento a mantener la confidencialidad ante terceros a lo largo de todo el proceso, para ello firmarán una Carta de Confidencialidad que recogerá el compromiso de las mismas a que la información disponible a lo largo del proceso no será utilizada con otro fin distinto al de la fusión final entre ambos negocios.
Estas mismas partes designarán a sus equipos de trabajo que les representarán a lo largo del proceso. Dichos equipos de trabajo habitualmente están formados por los asesores externos y por una representación de directivos del más alto nivel de cada una de las compañías participes (normalmente directivos representantes de las distintas áreas de la empresa liderados por el Director General o alguien cercano a éste).
Las partes involucradas entregarán el mismo nivel de información, preparada de manera similar. Este suele ser un punto muy sensible ya que lo habitual es queambas empresas coincidan en mercados, clientes etc… por lo que este paso puede generar ciertos temores entre las mismas.
La labor del asesor será la de establecer un criterio sensato y profesional que permita superar estas barreras exigiendo una información amplia y válida pero sin llegar a tensar la relación como para provocar la retirada definitiva del proceso de alguna de las partes.
El procedimiento y su contenido deberán ser consensuados entre ambas empresas y contendrán aquella información necesaria para corroborar la bonanza de la operación, establecer la dimensión de ambas compañías y delimitar los puntos fuertes y débiles de las mismas.
En base a esta información se adoptarán distintos acuerdos, entre ellos un acuerdo de valor de ambos negocios que concluiría con el establecimiento de una ecuación de canje, donde se intercambiarán acciones de las compañías fusionadas (acciones viejas) por acciones de la nueva compañía (acciones nuevas).
También podría realizarse por suscripción de nuevas acciones (ampliación de capital) en uno de los negocios a fusionar, pero la naturaleza de la operación no variaría.
En esta fase también se comenzará a trabajar sobre la realidad del negocio resultante, las sinergias que se generarían, el organigrama inicial, el plan a acometer una vez la fusión sea una realidad etc…
La Carta de Intenciones debiera recoger: el objeto de la transacción y su precio (valoración de ambos negocios en el caso de una fusión entre dos empresas), así como aquellos compromisos, condiciones y plazos que en cada caso sea conveniente reflejar.
Una vez firmada la Carta de Intenciones se cierra esta primera fase para dar paso a la siguiente etapa.
Paso IV: Due Diligence
Ya existe un principio de acuerdo entre las partes, ahora las mismas deben profundizar en su conocimiento del negocio de la otra parte.
Normalmente las diligencias suelen ser de índole: Comercial, Financiero, Organizativo, Fiscal, Legal y Medioambiental.
El objeto de las diligencias es perfeccionar el conocimiento que se tiene del negocio de la otra parte y validar la información recibida hasta la fecha.
En un proceso de fusión lo razonable es que ambas partes designen equipos de auditores pertenecientes a diferentes firmas y que el alcance, el contenido y los plazos de las diligencias sean similares y se desarrollen en paralelo para evitar retrasos en el proceso.
Una vez cerrado el plazo de Diligencias y a la par de éstas se ha debido ir materializando la Negociación Final.
Paso V: Negociación Final
Si las diligencias han sido satisfactorias el éxito del proceso sólo depende de la Negociación Final.
Se trata de la última fase previa a la firma de los contratos de fusión, pero no por ello ha de ser sencilla, sino todo lo contrario.
Normalmente, a estas alturas del proceso se ha invertido mucho tiempo y esfuerzo y las partes llegan con las fuerzas justas, por lo que conviene que los asesores gestionen correctamente estos momentos para evitar “quemar” a los intervinientes en la recta final.
Lo negociado a lo largo de los últimos meses es recogido en un contrato que debe contener, además del objeto y las partes, las declaraciones de las mismas, garantías, ajustes a contingencias, penalizaciones, incumplimientos, etc.
El acuerdo final se plasma en la firma del contrato que ya perfecciona en sí la operación.
En las operaciones de fusión también se recomienda firmar unAcuerdo entre Socios que recoge las principales normas de actuación entre los socios del nuevo proyecto, sus obligaciones y derechos, la forma de acudir a futuras inversiones en la compañía o la manera de desinvertir en la misma, derechos de tanteo y de arrastre, derechos de veto a la entrada de terceros, etc.
El establecimiento de una serie de Pactos entre socio desde el primer momento ayuda y sanea la relación entre los mismos al recoger de manera contractual su forma de actuar en sus relaciones societarias, especialmente en todo lo relacionado a compra y venta de acciones y acceso a los Órganos de Administración de la Sociedad.
Paso VI: El día después
A diferencia de los procesos de compraventa, especialmente para la par te vendedora, en un proceso de fusión el denominado “día después” alcanza una relevancia a tener en cuenta por cuanto es entonces cuando se anuncia el acuerdo alcanzado, entre otros a:
I. Las plantillas de ambas compañías.
II. Los directivos, especialmente los que no formaban parte de los equipos de trabajo.
II. El mercado, especialmente los clientes y proveedores.
IV. Entidades Financieras.
V. Otros colaboradores habituales.
VI. …
Es por ello que una eficaz y rápida comunicación al mercado adquiere un cariz relevante. La manera de anunciar la noticia y el alcance de la misma puede favorecer enormemente el proceso de fusión entre las dos empresas.