Este mercado está dirigido a empresas sanas y solventes que necesiten liquidez para financiar sus planes de expansión y está orientado a inversores institucionales.
Las empresas susceptibles de acceder a este tipo de financiación, preferentemente, han de generar un Ebitda superior a los 10 millones de euros y las emisiones de deuda deben ir más allá de los 20 millones.
Esta deuda cotiza en un sistema multilateral de negociación que exige una transparencia contrastable, otorga gran notoriedad y que está funcionando con éxito en otros países de nuestro entorno, como Reino Unido, Alemania, Italia, etc.
Entre las ventajas que aporta esta tipología de financiación, encontramos que:
- Es un mercado “real”, que ha comenzado a operar.
- Existe una clara voluntad pública para que este mercado funcione.
- Llegado el vencimiento, existe la posibilidad de volver a emitir.
Y entre los inconvenientes que nos encontramos, hay que ser conscientes de que:
- En cualquier emisión la empresa debe contar con un rating de una empresa de calificación registrada en la Autoridad Europea de los Mercados de Valores , exigiéndose además que un “Asesor Registrado” coordine la emisión y efectué, con posterioridad, el seguimiento de la empresa emisora.
- Deberá contar también con la participación de un “Banco Colocador”.